domingo, 1 de abril de 2007

Domingo desnudo de besos y con ardor de estómago


No sé qué es peor, sinceramente. El frío producido por el alcohol que permanece en sangre o el de la cama vacía. Había decidido profanar mi habitación, directamente. Había decidido olvidarme de fantasmas que vivieron, olvidarme de olores, de sabores, de incendios. Pero no. Me topé con un muro de carne y hueso, bonita sonrisa y delicada atención. Me ha despertado con un "buenos días, dulce" telefónico, que me ha arrancado la sonrisa y la maldad a la vez ("Hubiera preferido escucharlo arrebujados entre las sábanas", ésa ha debido ser mi respuesta)...

No sé si hubiera sido capaz, llegado el momento. Todo lo que soy ahora, un domingo por la mañana, en pijama, temblando de frío y de ganas, se habría congelado si el chico en cuestión hubiera decidido recorrer el camino hacia mi casa. Soy una charlatana de intenciones. Aunque la mudanza de piel sigue, sigue. Me siento como una chiquilla con una primera cita, discoteca, alcohol, fresas con nata, Londres, París, viajes. Él de allá, yo de allá, aquí los dos. Muy iguales, muy en forma, muy equilibrado todo.


Pero lo que digo yo... Un besito, un desliz, un inocente aleteo en los labios...


El día se me ha arrancado delante de la Cibeles, toda magnánime ella, toda firme. Y ahora, tres de la tarde, patatas fritas en el estómago y primera historia de "Manuale de Amore" vista, reflexiono. Bien. ¿Seré una de esas chicas que no se atreven a correr hacia delante y la soledad les empuja a recuerdos antiguos? (Habla mi sinrazón, ayer mandé un mensaje a quien no debía)


En fin, en fin. Qué difícil se siente la vida con el corazón roto. Una vez lidiadas cuestiones como "de amor ya no se muere", "somos capaces de asumir más dolor del que creemos" y "esto no puede ir a peor - y va-", una vez conocidos y superados los límites de las vivencias humanas, sabes que todo es un camino de retorno, que todo se puede deshacer, que todo tiene una segunda vuelta. La magia. Eso es lo poco que queda en mi entrañas. Creer en la magia, en el "puede que sí". ¿El Amor?


Medio día de un domingo que no luce excesivamente el sol... ¿Volveré a verle?



No hay comentarios: