Me has pintado. No sé cómo, ni por qué, me has pintado.
Puede que lo hayas hecho con el sol dándote en la espalda, con tu gato jugando entre las pinturas o con tu novia en el sofá. Pero soy yo.
Y no entiendo nada. Qué hago yo en tu casa. Qué hago dentro de ti. Qué hago mirándote, desde qué esquina, desde dónde. Por qué me has creado...
(¿Cenamos en París? Pregunta el ambicioso. Y el dueño de mis sonrisas mañaneras me empuja al avión. Pero no dejo de mirarte a través de ese cuadro)
miércoles, 28 de marzo de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario